Por Raúl H. Pérez Navarrete
Me hubiera gustado leer la
historieta creada por Robert Kirkman y Tony Moore antes de que esta se adaptara
a la televisión; a medida que pasaba las páginas, los rostros de los actores y
los sucesos ocurridos en la pantalla se superponían a las ilustraciones y los
diálogos. Esto, no obstante, no impidió que disfrutara de esta obra publicada
originalmente por Image en 2003 y que ahora se edita en México bajo sello
Editorial Kamite, una de las nuevas ofertas en nuestro país en lo que a cómics
se refiere.
Tomo I de la edición mexicana de The walking dead. |
Las dos principales
diferencias que surgen de la inevitable comparación entre la historieta y la serie
televisiva son el tono y la rapidez de los hechos. En la pantalla chica se
presenta a un Rick Grimes abrumado por la destrucción del mundo que conocía y
por la búsqueda de su familia que dura varios episodios. La presencia de los
zombies es más notoria y el desarrollo de los hechos es más pausado como
consecuencia de los cambios realizados para la TV, a tal grado que incluso
parecieran por momentos dos obras distintas. Si algo las une es la calidad de
ambas y el espíritu de la historia que tiene sus raíces en la célebre película
de George Romero de 1968, La noche de los
muertos vivientes, en donde la verdadera amenaza no eran los zombies sino
los seres humanos sobrevivientes. En palabras de Kirkman: “…las buenas
películas de zombies no son los festivales de gore y violencia con personajes
burdos y chistes miserables. Las buenas películas de zombies nos muestran lo
fastidiados que estamos, nos hacen reflexionar sobre nuestra sociedad… y la
posición de nuestra sociedad en el mundo.”
Sin duda eso mismo puede
decirse de los buenos cómics de zombies como The Walking dead.
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