Por Raúl H. Pérez Navarrete
La última polémica que rodea al
sorprendente Hombre araña se relaciona con la muerte de este célebre personaje
creado por Stan Lee en la década de los años 60; de la mano del guionista Dan
Slott y el talentoso dibujante Humberto Ramos, Peter Parker llega a su fin: Spider
Man y el Dr. Pulpo intercambian cuerpos y Octavius derrota finalmente a su eterno rival.
Las opiniones en Internet no tardaron en surgir ante la noticia. Uno de los comentarios que más llamó mi atención fue precisamente sobre la polémica misma: MiguelÁngel Civeira, escritor y amigo, escribió que los fans del cómic “nos quejamos porque todo es siempre lo mismo y no hay evolución, y nos quejamos cuando hacen cambios radicales.” Atinado como siempre, pero no estoy de acuerdo en el adjetivo “radicales”. ¿Por qué los cambios no pueden ser cambios y ya, sin adjetivos?
En
los últimos años, al asomarme al universo de los superhéroes descubro que algunas
de las sagas más exitosas son historias absurdas que se desvían de la esencia
del personaje y es así que encuentro a
Juggernaut sosteniendo un arma similar al martillo de Thor y a Hulk convertido
en un gladiador en un mundo extraterrestre. ¿De dónde sacan estas historias? ¿Estudios
de mercado? No olvidemos que las historietas son ahora un buen negocio que rebasa
la página impresa y personajes como Spider-Man, Batman y Superman son grandes
producciones hollywoodenses, videojuegos, juguetes y series de dibujos animados.
Aún
así, no todo está perdido, por lo que he visto y leído de los X-Men, los
cambios no han sido tan extremos y, además, son permanentes. Los cambios en
sagas como Spider-Man duran muy poco y, pese a lo que Slott diga, esta nueva
alteración en el statu quo de Spider-Man no será la excepción. La clave está
en hacer transformaciones paulatinas, al tiempo que se dejan semillas para el
futuro (Batman Beyond, Demian Wayne, “Mayday” Parker); otra opción exitosa es la publicación de miniseries (Long Halloween, Asilo Arkham). Una más es utilizar lo ya
establecido y partir de ahí, como lo hizo Scott Snyder en fechas recientes con
Batman (the New 52).
Snyder
hizo algo muy interesante con el Hombre murciélago en los primeros números
de Batman, the new 52. Si bien la trama del Tribunal de los búhos tiene agujeros aquí y
allá, es una historia disfrutable en la que su autor juega con la soberbia de
Batman y la relación de este con su familia y con su ciudad (¿recuerdan el
frankmilleresco “Ciudad Gótica pertenece a Batman”?).
Detrás
de cada gran superhéroe hay décadas y decenas de escritores, sin embargo,
Snyder demostró que de personajes legendarios como Batman, todavía quedan buenas historias que contar. Tal vez algunos autores en Marvel deban tomar nota.
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