Por Raúl H. Pérez Navarrete
Siempre he disfrutado las
películas de efectos especiales, sobre todo aquellas en las que dichos efectos –casi
artesanales– sirven para dar vida a paisajes y seres fantásticos (pienso, por
ejemplo, en las películas de Ray Harryhausen y en cintas de serie B realizadas
por Charles Band). Si bien la llegada de las computadoras al cine cambió
radicalmente la forma de plasmar en la pantalla los ensueños de guionistas y
directores, de alguna manera (para beneplácito de muchos cinéfilos) la magia permanece.
47 ronin es una cinta que pertenece al género
de la fantasía, género que se inscribe precisamente en este universo de filmes
que se apoyan en gran medida en los efectos visuales. La película, dirigida por
el debutante Carl Erik Rinsch, es una cinta sencilla, sin mayor pretensión que
entretener al espectador; no es una película épica como las recientes
adaptaciones de las obras de Tolkien o
la saga de la Guerra de las galaxias creada por George Lucas, aunque sin duda
coquetea con dicho tono.
Inspirada
en el hecho histórico de los 47 ronins que vengaron la muerte de su amo en el
siglo XVIII, la cinta posee efectos visuales bien ejecutados, ágiles escenas de
acción, así como una escenografía y vestuario notables. Al leer algunas reseñas así como comentarios
de foros en la red, llama mi atención cómo algunas personas señalan las “escenas
lentas” así como la poca profundidad de sus personajes. El primer punto es interesante
pues pareciera que el cine está cada vez más contaminado por movimientos de
cámara violentos y secuencias trepidantes que están condicionando al público;
tal vez sólo sea un mal de las películas hollywoodenses de acción pero no dejo
de pensar que filmes como The artist son
una verdadera hazaña por parte de sus realizadores. El segundo punto es casi un
despropósito: 47 ronin es un filme de
acción, de fantasía, géneros que no permiten un desarrollo profundo de
personajes como sí existe en otros géneros cinematográficos; aun así, los temas
del honor y la lealtad están más que presentes[1]
y este elemento le agrega una dimensión extra a una historia de guerreros que
combaten contra gigantes, brujas y otros seres sobrenaturales[2].
En
conclusión, Carl Erik Rinsch y los guionistas Hossein Amini y Chris Morgan
entregan una cinta visualmente atractiva y sin mayores pretensiones. “Palomera”,
finalmente.
[1] sobre
todo si se toma en cuenta la fuente de inspiración de la película.
[2] El
primer avance de la película me hizo recordar a Sucker punch, de Zack Snyder, por la presencia de lo que se podría
considerar “fan service” (peleas con espadas, monstruos, magia, etc.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario