Por Raúl H. Pérez
Navarrete
Para los fans de la banda,
la historia es conocida: una noche de 1994, gracias a las pantallas de MTV, la
imagen de una atractiva escocesa se apareció ante Steve Marker y de inmediato
él, Duke Erikson y Butch Vig la contactaron para que se uniera al proyecto que los
tres habían iniciado meses atrás. El nombre de aquella mujer era Shirley
Manson, cantante de una banda originaria de Edimburgo llamada Angelfish.
Después del reinado del grunge y la llamada “música alternativa”
a principios de la década de los años 90, la oferta musical fue dominada por
nuevos géneros como el brit pop (encabezado por Blur y Oasis), Nu metal (Korn,
Limp Bizkit), así como el pop de las boy bands y cantantes como Christina
Aguilera, Ricky Martin y Britney Spears. Es precisamente en esta transición que
aparece Garbage, agrupación formada por Manson (voz), Vig (batería), Marker
(guitarra) y Erikson (bajo).
Según relatan los propios integrantes, la primera audición de Manson fue “desastrosa”, sin embargo, tras una segunda reunión, decidieron trabajar en lo que más tarde sería el álbum debut de la agrupación: Garbage, lanzado el 15 de agosto de 1995. Hablar de este proyecto musical es hablar de una agrupación con un sonido propio: “nunca fuimos lo suficientemente electrónicos para los fans de la música electrónica, tampoco lo suficientemente rock alternativo para los fans del género” –explicó la cantante escocesa en una reciente entrevista.
Sesión psicoterapéutica
colaborativa
Al escuchar las letras
resulta difícil separarlas de la montaña rusa emocional que la cantante vivió
durante este proceso: Shirley Manson se presenta como una mujer dominante,
agresiva y cargada de sensualidad pero también sensible e insegura (además de
la desastrosa audición, Manson nunca había escrito una canción antes de unirse
a la banda). Es así que en la extraña e hipnótica “Queer”, Manson canta en la
primera estrofa: “Hey boy, take a look at me / Let me dirty up your mind / I'll
strip away your hard veneer / And see what I can find”, mientras que en “Vow”,
ella amenaza “I came to cut you up / I came to knock you down / I came around
to tear your little world apart”. Por otro lado, en “My lover’s box”, la
guitarra de Marker y ritmos electrónicos se entrelazan con la súplica “Send me
an angel to love / I need to feel a little piece of heaven”.
Entre las composiciones (producto de una “sesión psicoterapéutica colaborativa”, según palabras de Butch Vig), sobresale el oscuro sentido del humor de “Only happy when it rains”; en apariencia una oda a la melancolía, en realidad se trata de una parodia de muchas de las temáticas de las bandas de rock alternativo de los años 90 como Nirvana y The Smashing Pumpkins (y cuyos álbumes Vig produjo).
17 años después…
Desde el lanzamiento de
Garbage han transcurrido casi dos décadas, sin embargo, los años no han hecho
mella en él y prueba de ello es la frescura de las canciones, concebidas en ese
lejano 1995. La banda mostró ahí una calidad y un sonido interesante que
desarrollarían más tarde en los siguientes álbumes sin importar las
transformaciones de la industria discográfica e incluso el cambio de siglo. Sin
duda, Garbage es un álbum esencial en la historia del rock contemporáneo.
2 comentarios:
Entrada noventera... me hace recordar. Sí, recuerdo a esta chica en aquella canción parte de u soundtrack para James Bond: "The world is not enough".
Exacto, mi lizard. Saludos.
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