jueves, 15 de noviembre de 2018

¿Quién fue Stan Lee?

In memoriam, Stanley Lieber (1922-2018)

Por Raúl H. Pérez Navarrete
Stan Lee tras su charla en CONQUE 2017, celebrada en la ciudad de Querétaro.


El origen de la leyenda

Stan Lee fue un adolescente que corría llevando sándwiches y café en una oficina neoyorkina en los años 30. Fue un reparador de postes de telégrafo y autor de guiones y manuales mientras estuvo en el ejército. Fue un eterno enamorado de su esposa Joanie. Fue un gran publicista de su persona, así como de los personajes y de la empresa que ayudó a crear. Fue un villano en las páginas de DC –Funky Flashman- creado por la talentosa –y en ese entonces rencorosa- mano de Jack Kirby. Stan Lee fue también el inspirador de incontables sueños en sus incontables admiradores.

Nacido el 28 de diciembre de 1922, Stanley Martin Lieber fue un hombre de muchas máscaras. Una de las más duraderas, la que se convirtió en una de sus señas particulares, fue su seudónimo, usado originalmente para esconder su identidad ante la vergüenza que sentía al escribir historietas. Era una época distinta en donde el cómic, a pesar de antecedentes notables como los producidos por Winsor McCay y George Herriman, era un producto de entretenimiento barato, poco creativo, para un público principalmente masculino, infantil y adolescente.

Nace el gran editor de Marvel

A punto de abandonar la industria, Lee se dio una última oportunidad tras un encargo de su editor: Martin Goodman deseaba competir contra la Liga de la Justica, incipiente historieta de la editorial rival, DC Comics. “Esta es tu oportunidad de hacer las cosas que siempre habías querido”, le expresó en ese entonces Joan, su esposa. “Lo peor que puede pasar es que Martin se enoje contigo y te despida, y tú ya quieres renunciar de todos modos”. Fue así como nacieron Los Cuatro Fantásticos e inició con ellos una verdadera revolución en la industria del entretenimiento.

Stan Lee, junto a los ilustradores Steve Ditko y Jack Kirby, moldearon al superhéroe moderno: hombres y mujeres que poseen un realismo que los acercaba a sus lectores y que se diferenciaban claramente de los héroes de DC pues no eran reinvenciones de dioses de la antigüedad, no eran millonarios huraños, ni amazonas. The Thing y Hulk eran monstruos; Peter Parker un nerd de preparatoria, mientras que los X-Men un grupo de jóvenes con increíbles habilidades que son al mismo tiempo una maldición y un regalo extraordinario que causaban temor y rechazo entre la gente.

Stan Lee logró esto porque supo incorporar a la otredad en sus historias: sus personajes eran metáforas del paria, de la minoría rechazada que en las calles del mundo real clamaba por sus derechos; era el inicio de la década de los 60 y la voz de personajes importantes como Martin Luther King empezaban a hacer eco entre la gente.

Stan logró igualmente entender las formas de concebir una historia, la manera de atrapar al lector, de usar giros inesperados. En las páginas de Amazing fantasy #15, por ejemplo, el debut de Spider-Man, el lector descubre cómo Peter Parker es en parte responsable del asesinato de Ben, su tío y figura paterna, al dejar escapar a un ladrón que más tarde atracaría el hogar de sus ancianos tíos. En las manos de Stan, los superhéroes eran figuras de tintes trágicos, aplastadas invariablemente por el destino pero que, a diferencia de los protagonistas de las grandes obras dramáticas de la antigüedad, en las últimas páginas lograban sobreponerse a la adversidad, impregnados ahora con un dejo de amargura y sabiduría.

El embajador de una industria

Stan Lee fue un escritor y un extraordinario defensor de la historieta. Ávido lector desde su infancia, consideró al cómic como una herramienta legítima para fomentar el hábito de la lectura. El espíritu de Julio Verne, Robert Louis Stevenson, Mary Shelley y Arthur Conan Doyle se encontraba detrás de su aliento creador y en la difusión de la literatura que hacía entre sus seguidores.

Extrovertido, amable y con un sencillo sentido del humor, Lee se conectó con su público como ningún otro miembro de la industria del cómic lo había hecho antes. Columnas, respuestas a cartas de los lectores, formación de clubes de fans, apariciones en convenciones de historietas; Stan se convirtió en la cara más conocida no sólo de la editorial que ayudó a construir, sino de una industria a la que un día casi abandona. El inicio del universo cinematográfico de Marvel lo catapultó hacia un público que nunca había leído un cómic y que rápidamente lo aceptó como un nuevo ícono de la cultura pop, junto a creadores como Walt Disney y George Lucas.

El resto de su vida la hemos atestiguado en la última década. El martes 13 de noviembre de 2018 despertamos en la orfandad tras la muerte de Stan Lee. Pero, al igual que un padre que ha desaparecido físicamente de este mundo, su vida y sus palabras tienen eco en aquellos que lo conocieron. Como dijo el crítico de cine Jesús Chavarría: “Stan Lee fue un hombre que soñó para que otros soñaran”. Ese fue Stan Lee…


Artículo publicado originalmente en Revista Soma.

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