sábado, 13 de agosto de 2011

Arte neostálgico


Por Raúl H. Pérez Navarrete




En un artículo sobre series animadas de la década de los 80’s, el escritor Miguel Ángel Civeira asegura que nuestra generación, “los nacidos a finales de los 70's y en los 80's”, somos una generación nostálgica, es decir, “una generación inusualmente apegada a los productos de cultura popular de su época, principalmente a las caricaturas con las que crecimos. Somos una generación nostálgica; ‘neostálgica’, me dijo alguien, queriendo decir que somos jóvenes que prematuramente se pusieron a añorar mejores tiempos, algo que antes sólo hacían los viejitos.”


“Kimbal” (México, D.F., 1979), "Deus ex monitor", 2011.



Thundercats, Bravestarr y He-Man son algunos nombres de caricaturas que permanecen en la memoria de quienes crecimos en esos años. Junto a estos, consolas de videojuegos (Atari, Nintendo) y cintas como Volver al futuro, Beetlejuice y La guerra de las galaxias forman parte de un mundo de fantasía que moldeó y marcó en gran medida nuestro inconsciente. Para algunos otros, dedicados al arte, este universo les proporcionó además un estilo, un acercamiento a la creatividad, un pretexto para la creación.

Volviendo a Miguel Ángel Civeira, sus dos obras publicadas hasta el momento, la colección de relatos Las siete formas de combate (Instituto de Cultura de Yucatán, 2009), y el poemario Poeta que jugó videojuegos (Universidad Modelo-Ayuntamiento de Mérida, 2010) son un ejemplo de lo anterior pues ambos libros se nutren de cintas de horror (King Kong, Frankenstein, La noche de los muertos vivientes), juegos de video (Super Mario Bros., La leyenda de Zelda), series animadas (Dragon Ball) e historietas (Los 4 fantásticos, La liga de la justicia de América).


Sergio Neri (México, D.F., 1980), Los malos, 2011


Otro ejemplo inmediato es la exposición colectiva Technicolor, actualmente en el Museo de la ciudad, en donde Batman, Los Simpson, Mickey Mouse, He-Man, Betty Boop, La pantera rosa, entre otros, son reinterpretados por artistas plásticos a través de diversas técnicas como el grafiti y el óleo. Junto a cada obra, los artistas explica el por qué eligieron determinada serie o personaje, revelando cómo de una u otra manera marcó su estilo y, en general, su infancia.

Luis Briceño (Mérida, Yucatán, 1979), Afrodita A, 2011.


En el ámbito internacional, encontramos que la música también forma parte de esta tendencia, como las agrupaciones Powerglove, banda de speed metal de origen estadounidense, y Pornophonique, dúo alemán de música electrónica. Ambas mezclan desde sus respectivos géneros elementos de los videojuegos de la década de los 80 y principios de los 90 como las bandas sonoras en 8 bits así como los temas y aspectos visuales de dichos videojuegos.

¿Tendencia?, ¿estilo?, ¿subgénero?, la neostálgia -propone Civeira en su artículo- “es producto del ritmo vertiginoso con el que cambia el mundo. Generaciones anteriores sentían que el mundo de su vejez era muy distinto al mundo de su juventud. A nosotros nos tocó experimentar la sensación de que el mundo de nuestra adolescencia era muy distinto al mundo de nuestra infancia.”


Jazmín Rivera (Villahermosa, Tabasco, 1987), Gorpo de Trolla, 2011.



Mientras que los artistas de la exposición Technicolor rinden culto a los mundos oníricos que emanaban del televisor durante su infancia, Civeira atribuye a ese mismo aparato la transmisión de nuestras fábulas, fábulas con las que crecimos y “luego nos fueron arrebatadas de golpe.”

Tal vez en el fondo muchos somos simplemente el producto de la añoranza y de la tecnología.



Artículo publicado originalmente en el blog de la Red Literaria del Sureste.

2 comentarios:

Diana Tapia dijo...

Hola, me gustó tu artículo, yo crecí en el 1984 ja, y no recuerdo nada de eso, no era tan apegada a los comics, salvo "Los Caballeros del Zodiaco" y "Sailor Moon", jeje, sin embargo era más adicta a los juegos, rimas,cuentos, que ahora, sí de algún modo reemplazó la tecnología, fui una niña primitiva, pero celebro a los que pudieron cruzar el tercer nivel de Super Mario, yo no pude.

Felicidades,

Diana

Pablo Cabañas dijo...

Creo que soy de esos que se le da duro la neostálgia y se refleja en el trabajo de uno (en mi caso derivó en los webcómics que hago).

Saludos.

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